Recipientes del laboratorio
Tal vez los recipientes de vidrio, más empleados en el laboratorio sean el vaso de precipitados y el Erlenmeyer. Si bien se pueden emplear en diversas operaciones, su función principal es contener líquidos (que reaccionan, que se evaporan, que se calientan, entre otras), provenientes de otros recipientes (frascos de reactivos, botellas de solventes, etc.).
Veamos algunos procedimientos experimentales en los que se emplean.
1. ¿Cómo se transfiere un líquido de un recipiente a otro?
El transferir un líquido de un recipiente a otro, en el laboratorio, puede encerrar un riesgo cuando se trata de líquidos cáusticos, tóxicos o corrosivos. En estos casos el principal cuidado está en evitar derrames en la mesada o en la mano. La forma más correcta suele emplear una varilla de vidrio como utensilio auxiliar. Observá la Figura 1.
Figura 1: Modo correcto de transferir un líquido a otro recipiente. | El líquido contenido en la botella se vierte sobre una varilla de vidrio, de manera que el chorro escurre directamente sobre ella hacia el recipiente colector (vaso de precipitados). Para asegurar la operación la botella debe contactar a la varilla mientras dura la transferencia. Así la varilla conduce el chorro y se evita volcar o gotear fuera del vaso. En este procedimiento se emplean dos artículos muy comunes del laboratorio: el vaso de precipitados y la varilla de vidrio. El vaso de precipitados (o Beaker) es un vaso de vidrio Pírex con pico volcador. Se emplea para calentar líquidos, evaporarlos, para disolver sustancias sólidas, recoger filtrados, etc. [1] La Varilla es un cilindro macizo de vidrio Pírex de 0,6 cm de diámetro por 12-15 cm de longitud. Es útil para agitar y trasvasar líquidos, disolver una sustancia sólida en un solvente, asistirse en la operación de filtración, etc. |
B. ¿Cómo se disuelve una sustancia sólida en agua?
Uno de los procedimientos más frecuentes en el laboratorio, consiste en disolver un compuesto químico, por lo general un sólido, en agua. Tomemos un caso sencillo: disolver azúcar en agua.
Figura 2: El Erlenmeyer se pivotea para mezclar su contenido. | Puesto que el azúcar común (azúcar de caña o de remolacha) se disuelve muy fácilmente en agua, es suficiente mezclarlos en un recipiente conveniente que permita agitarlos sin salpicar. El Erlenmeyer es adecuado para ello (Figura 2). Se trata de un vaso cónico (con cuello) fabricado de vidrio Pírex. [2] Se emplea para mezclar -incluso calentar- líquidos, preparar soluciones (como la de azúcar en agua), secar extractos, etc. [3] No todas las sustancias se disuelven en agua tan fácilmente como el azúcar. Algunas, además de agitación, necesitan calor para terminar de disolverse. Tal es el caso del cloruro de sodio (sal de mesa o halita) o el bicarbonato de sodio, que se disuelven en agua agitando y calentando. |